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LOS TRES CERDITOS, LA BRUJA Y EL LOBO

Había una vez 3 cerditos, Ramón, Lucas y Pablo.

Pablo le gustaba mucho limpiar y hacer las tareas de casa, Ramón le gustaba mucho escribir y leer y Lucas no hacer nada para que así ya lo hacían los otros. Lucas dijo:

  •          Voy a pasear y voy a dar una vuelta y me tiraré en el césped del río que se está muy fresquito.

Ramón dice:

  •         Yo me voy a dar una vuelta por el bosque a ver si encuentro alguna inspiración para mis cuentos y escribiré alguna cosa nueva.

Pablo dijo:

  •           Sí, sí, siempre me toca a mí hacer el trabajo más sucio, limpiar la casa, fregar, hacer la comida… y vosotros a divertiros.

Ramón fue a pasear como dijo y no se llevó nada de comer, ya que como siempre comía mucho, bueno era un glotón así que cogió su libreta, su pluma y sus hojas de papel para escribir sus aventuras y cuentos.

Al pasear por el bosque vio un lobo con grandes orejotas, unos pies grandotes con unas grandes garras, pero también vio la casita de chocolate llena de gominolas tan sabrosas y pensó:

-          Me esconderé allí a ver si así se va el lobo y me voy a comer chocolate que me encanta y tengo mucha hambre que no he traído nada de casa.

Lo que Ramón no sabía era que en la casa vivía una bruja que se llamaba Úrsula con unos pelos largos negros y blancos, con los ojos grandes tan grandes que parecían platos, tenía un cuerpo largo, largo pero muy delgado, muy delgado con unas uñas negras y muy largas.

 En esa casa había toda clase de comida sabrosa. Él entró y no vio a nadie y empezó a comer como si no hubiera mañana. La bruja, por suerte, no estaba, pero sí que dejó un calderón lleno de chocolate, de rico chocolate, que Ramón le volvía loco el chocolate. Ella no estaba, se había ido a buscar cosas para potajes, conjuros y trucos de magia.

En estas que Ramón solo pensaba en comer no se dio cuenta de que la bruja entraba en la casa cargada de cachivaches, pócimas y hierbajos, ella lo vio y dijo:

  •           Vaya, vaya, ya tengo cena esta noche.

El cerdito que la escuchó salió volando de la casa tirando el calderón de chocolate por el suelo manchándolo todo. La bruja Úrsula que lo perseguía resbalaba con el chocolate y no podía dar ningún paso sin que se cayera además no sabía atarse los cordones de sus feas y puntiagudas botas y se tropezaba todavía más. Ramón corrió tanto como pudo. Pasó por delante de la casa del lobo con tanta mala suerte que estaba en la casa y lo vio correr.

Y él pensó:

  •           Ya tengo cena.

El lobo con sus patas grandotas corría y corría para atrapar al cerdito Ramón, en eso que vio pasar a unos hombrecillos que iban cantando y les dijo Ramón:

  •           ¿Me podéis ayudar? Me está persiguiendo una bruja y un lobo y no sé dónde esconderme.

Los hombrecillos lo calmaron y le dijeron:

  •           Quédate aquí hasta que se vayan

Después de un buen rato buscando, el lobo y la bruja se cansaron de buscar al cerdito y se encontraron cara a cara y los dos al verse se asustaron y empezaron a correr en todas las direcciones sin saber dónde ir o esconderse. Los de la casa, el cerdito y los hombrecillos se reían a carcajadas. Uno, el más sabio, con una gran barba blanca dijo:

  •           Callad que si nos oyen estamos perdidos, nos van a comer a todos.

En esto que se hizo un gran silencio, miraron por la ventana y vieron como la bruja y el lobo se iban por caminos distintos. Por suerte por ellos no los oyeron ni vieron.

El cerdito Ramón agradeció mucho la ayuda de esos hombrecillos y siguió caminando por el bosque donde se encontró con Lucas, el otro cerdito que no le gustaba hacer nada y le explicó lo que le había pasado. Lucas le dijo:

  •           Que, otro de tus cuentos, aquí no hay brujas ni tampoco hombrecillos.

Y se reía de él diciendo:

  •           Sí, sí, brujas ya, ya - riéndose.

Ramón y Lucas siguieron andando por el bosque, pero Ramón estaba preocupado por si veía alguno de ellos, a la bruja o al lobo. Lucas con sus erres que erres decía: 

  • Que sí que has visto un lobo y una bruja, que sí, que si lo que tú digas anda deja de mirar atrás eres una gallina.

En esto que se escucha un ruido entre los pinos, como unas pisadas, algo se movía, pero no se veía.

Ramón dijo:

  •  Seguro que es el lobo

Lucas riéndose: 

  • Sí claro y la bruja detrás,

En estas que los pasos se escuchan más cerca y se va entre viendo una sombra negruzca, y dijo Ramón:

  •           Es el lobo, es el lobo… nervioso y exaltado.

Lucas todo tranquilo y seguro que sí, vamos a verlo seguro que es tu imaginación.

Ramón dijo: 

  •  No, no vayas

Lucas le estiro de la mano y lo hizo entras entre esos pinos y por desgracia de ellos era el lobo. Corrieron todo lo que pudieron, pero el lobo los atrapo, se los llevó a su casa en una jaula y dijo:

  •           Por fin te cogí y a tu amiguito también, ves que bien ya tengo cena, todo riendo lo dijo.

Los dos cerditos se miraron y Ramón le dijo a Lucas:

  • Ves como tenía razón.

Lucas un poco incrédulo le dijo: 

  • Sí que hay un lobo, si, ¿¿entonces la bruja también??

Le preguntó a Ramón, él respondió: 

  • Sí, si ¿ahora me crees? ¿Cómo vamos a salir de las garras del lobo? Nadie sabe dónde estamos, ni siquiera Pablo nos encontraría.

En estas que Pablo preocupado por Ramón y Lucas dijo:

  •           ¿Dónde se han metido esos dos? Se enfría la sopa, y a mí la sopa fría no me gusta.

Pasó una media hora y dijo:

  •           Voy a buscarlos, espero no se hayan perdido entre los frondosos pinos.

No se lo pensó más, cogió su mochila, se adentró al bosque con cautela, mirando por todos los rincones y escondijos por si le gastaban una broma si salían de repente para asustarle, ya que les gustaba mucho jugar a esconderse, ya impaciente empezó a llamarles:

  •           ¿Ramón, Lucas, donde estáis?? Salid de vuestro escondite que ahora no es el momento de jugar.

Repitió la frase un par de veces sin hallar respuesta, pero por su mala suerte que la bruja lo había oído y se dirigió hacia él sin pensárselo y con mucho disimulo se acercaba. En estas que Pablo notó alguna cosa que se le acercaba siguió despacio y vio como unas ramas que se acercaban hacía él se movían.

Sin pensarlo más empezó a correr y como más corría, más corría lo que le perseguía. En un oscuro lugar entre los pinos se escondió por si podía averiguar qué era lo que le estaba persiguiendo, no se lo podía creer era bruja o algo parecido. Una sombra larga con grandes manos y pies, unos largos cabellos blancos y negros, se le estaba acercando más y más hasta que vio realmente que era una bruja, se puso nervioso e hizo ruido. La bruja que tenía muy bien el oído lo percibió, buscando y olfateando lo encontró.

 Lucas empezó a correr y a correr hasta que vio una casita un poco abandonada y pensó me esconderé aquí hasta que ella deje de perseguirme y de buscarme. En estas que miro por la ventana hacia dentro la casa y por su sorpresa vio a Ramón y a Lucas encerrados en una jaula, parecía que estuvieran.

Solos, miró atentamente creyó no ver a nadie, con cautela abrió la puerta; cuando se decidió a entrar la bruja lo vio y le dijo riéndose:

  •           Acabas de entrar a la casa del lobo ja, ja, ja

Ella se fue y le dijo:

  •           El lobo está muy cerca si no te come él lo haré yo ja, ja, ja.

El cerdito Pablo cerró la puerta de la casa. Entrando en ella vio a sus amigos y les dijo:

  •           ¿Qué es esto, donde os habéis metido?

Ramón y Lucas los dos a la vez gritando y asustados decían:

  • Un lobo, una bruja, yo no le creía, el lobo.

Pablo dijo: 

  • Basta, de uno en uno

Y ellos insistieron diciendo: 

  • El lobo, el lobo,

Pablo ya enfadado dijo: 

  • El lobo que, ¿qué lobo?

Entre esta que se dio cuenta de que lo tenía detrás y empezó a correr por la casa.

El lobo con sus pies grandotes le pisaba los talones en una de esta que el cerdito paso entre dos armarios y el lobo como era tan grande se quedó encallado y no podía seguir, aprovechando que el lobo estaba atrapado liberó a sus amigos saliendo rápidamente de la casa. En estas que la bruja andaba cerca y los escucho y pensó: 

  • Se han escapado de ese estúpido lobo ahora son los tres para mí ja, ja, ja - decía riendo.

Los cerditos que la vieron se pusieron a correr sin parar y sin mirar atrás. La bruja como sabéis se llama Úrsula les perseguía con sus grandotas botas de punta y sus largas manos que parecía no tener fin.

Entonces uno de los cerditos, Ramón dijo 

  • Mirad la casa de los hombrecillos.

Pablo y Lucas se lo miraron sorprendidos y dijeron los dos a la vez: 

  •  Que, ¿qué estás diciendo?,

Lucas respondió: 

  •  A mí me dijo que había visto unos hombrecillos, una bruja y el lobo y no me lo creía. Ahora veo que es cierto y que no son ninguno de sus cuentos.

Pablo pensativo dijo: 

  • ¿¿¿Entramos???

Ramón dijo: 

  • A mí me han ayudado antes.

Llamaron a la puerta y abrió la puerta el hombrecillo con la barba más larga, y sin dejarle preguntarles nada entraron y cerrando los tres la puerta y hablando nerviosos y temblorosos dijeron todos a la vez:

  •  Hay un lobo si, si y una bruja y nos persiguen.

Un hombrecillo dijo:

  • Callad, silencio, os van a oír y será peor para todos, calma tenemos que tener un plan para cuando lleguen aquí.

Los tres cerditos y los hombrecillos se callaron si, se dieron cuenta de que el lobo y la bruja están mirándolos desde fuera y murmurando entre ellos, y dijeron:

  •           Si los dos nos unimos podemos comernos a los tres cerditos.

El lobo dijo:

  •            Yo entraré por detrás mientras tú los atrapas por la puerta y así lo hicieron,

Los cerditos preocupados les dijeron a los hombrecillos:

  •            ¿Qué hacemos ahora van a entrar y nos van a comer?

Los hombrecillos dijeron:

  •           Tranquilos tenemos si ellos entran hay trampas que ellos no saben y en ellas van a caer.

Entre estas que el lobo no pudo entrar por la puerta de atrás y lo intentó por la chimenea que estaba encendida porque hacía frío, pero el lobo no lo sabía.

La bruja logró entrar por la puerta rompiendo los cristales de ella se balanceó hacia ellos para poder coger alguno, pero lo que no sabía es que justo al entrar por la puerta había una trampilla donde ella se cayó de culo.

El lobo al bajar se quemó el culo si salo corriendo, con el culo en llamas, y la bruja cayo en el pozo de basura y los dos se fueron corriendo, asustados doloridos sucios y quemados.

Y así es como los hombrecillos y los cerditos se liberan de ellos y pudieron seguir con sus vidas, y desde entonces son muy buenos amigos los cerditos y los hombrecillos.

 










 

Comentaris

  1. Un alucinada estupenda. A mí de vez en cuando me encanta hacer estas mezclas, y me divertio.

    Un abrazo, y feliz día

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  2. Me alegro mucho que te haya gustado. La verdad es que sí que mola mucho hacer estas mezclas de cuentos.

    Un abrazo

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  3. Me paso tu direccion Anna de Poemias una gran poeta, y paso a vistiar tu blog me ha gustado mucho y me quedo si te parece bien
    Besos

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    1. Sí, conozco a Anna de Poemias.

      Me alegro mucho que te haya gustado mi blog y me parece bien que te quedes, en realidad estoy encantada.

      Besos

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  4. Me ha encantado este cuento tan original meschas varios cuentos en uno
    Besos

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    1. Me alegra que te haya gustado. La verdad es que sí que lo es ya que he mezclado varios cuentos en uno.

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  5. Molt original aquest conte m'agadat molt
    no en tindries cap amb Catala?
    Petons

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    1. M'alegro que t'hagi agradat.
      Si, al blog vaig pujar un conte amb català que és diu "El club Banyetes i els aiguamolls de Rufea", que ara per ara és l'únic que tinc.
      T'agradaria que puges més contes amb català?

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